Influencia de la dieta en la Fiebre Mediterránea Familiar

En el siguiente artículo nuestros expertos te explican la incidencia de la dieta en la Fiebre Mediterránea Familiar. Descubre cómo puede afectar el tipo de dieta que llevas a la aparición de brotes fuertes y como se pueden prevenir las crisis de Fiebre Mediterránea Familiar llevando una nutrición adecuada.

Influencia de la dieta en la Fiebre Mediterránea Familiar

En primer lugar debes saber que hay muchos factores diferentes que pueden provocar y desencadenar que aparezcan crisis de Fiebre Mediterránea Familiar o que pueden llegar a empeorar las crisis ya existentes como por ejemplo cualquier tipo de traumatismo o el estrés físico derivado del ejercicio intenso, con lo que las personas que padecen este tipo de problemas deben tener mucho cuidado con el deporte.

Asimismo, tanto las alegrías muy grandes como las tristezas o la ansiedad en general y la falta de sueño, aspectos altamente relacionados con la nutrición y la dieta, también pueden propiciar que se desencadenen crisis de fiebre mediterránea familiar.

Pero además de todos estos puntos, sin duda la alimentación, la nutrición y el tipo de dieta que se lleve incidirá directamente en la forma en que se desarrolle, se mantenga controlada o se registren crisis de la enfermedad.

En primer lugar, como leemos en fmf.org.es, se debe llevar una dieta variada y saludable. Hay que evitar el consumo excesivo de azúcar, grasas, los fritos, los alimentos precocinados así como alimento de difícil digestión sobre todo si se tiene dolor abdominal como síntoma habitual. Se deben evitar las comidas copiosas, la ingesta no debe ser apresurada, hay que masticar bien. Es importante dejar transcurrir un tiempo suficiente entre una ingesta y la siguiente para garantizar la finalización de la digestión previa antes de empezar con la siguiente. La lactosa se suele digerir mal aunque hay afectados de Fiebre Mediterránea Familiar que la toleran bien.

La ingesta de al menos cinco frutas y verduras al día es también conveniente, así como no deberían faltar en una dieta saludable las proteínas de calidad, tanto animales como vegetales en caso de que se decida no consumir carne. Los suplementos extra debe recetarlos siempre un profesional que esté al tanto de la condición y la enfermedad del paciente. Las grasas animales no son recomendables en personas que padecen fiebre mediterránea familiar porque pueden contribuir a desencadenar crisis.

Con el gluten, por ejemplo, existe cierta controversia en los foros de pacientes pero la comunidad médica parece decantarse en que una dieta sin gluten no sólo no mejora la evolución de la Fiebre Mediterránea Familiar sino que incluso puede ser perjudicial, sobre todo para el crecimiento infantil.

Las personas que padecen Fiebre Mediterránea Familiar deberían también evitar ingerir excesiva lactosa, así como también los pomelos porque interfieren de forma directa en la absorción de colchicina.

También es especialmente importante cuidar la ingesta de la vitamina B12 porque, la colchicina, que se utiliza para prevenir las crisis de Fiebre Mediterránea Familiar es realmente eficiente para disminuir los síntomas y espaciarlos en el tiempo pero uno de sus efectos secundarios es que el intestino deje de absorber bien la vitamina B12 con lo que sin duda se debe vigilar este parámetro para que los expertos receten suplementos en caso de que sea necesaria una toma extra de vitamina B12 para cuidar el organismo en enfermos de Fiebre Mediterránea Familiar.

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