Los linfocitos son unas células que se encuentran en nuestra sangre, ayudándonos en la lucha contra las enfermedades. Cuando enfermamos o tenemos una infección en el organismo, se detecta que existe un aumento considerable de estas células, sin embargo, existen casos en los que se desconoce la razón de este aumento y por eso hay que ponerle freno de alguna manera.
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¿Qué es la linfocitosis?
Cuando existe un aumento de linfocitos, o también comúnmente llamados glóbulos blancos, nos encontramos con lo que se denomina como linfocitosis. Este aumento puede ser ocasionado por enfermedades que se han detectado, pero también infecciones de todo tipo o trastornos autoinmunes.
Causas comunes
En el caso de sentir alguno de sus síntomas, podemos dictaminar que es hora de ir al médico para que te realice un análisis de sangre y comprobar el porcentaje de linfocitos que tienes. En el caso de que se haya detectado que tienes los linfocitos altos, habrá que estudiar la causa, pudiendo variar entre infecciones, tanto de caracteres bacterianos o virales, como también otros más graves, pudiendo incluir el cáncer o leucemia. Es importante en estos casos que el médico realice las pruebas pertinentes para asegurar el origen de este problema.
Síntomas
Los síntomas más comunes que se suelen dar es un malestar general en todo el cuerpo, mezclado con un dolor fuerte y constante de garganta fiebres, estímulos antigénicos y otra serie de síntomas que concuerdan con la causa principal.
Tratamientos para la linfocitosis
Para poder dar un tratamiento efectivo a los linfocitos altos lo que se debe de tratar es el problema que lo ha ocasionado. Cuando la infección ha remitido, con total seguridad los glóbulos blancos disminuirán, ya que no ven riesgo de expansión bacteriana. Tal y como concuerdan los médicos, no se puede hablar de la linfocitosis como una enfermedad, pero si como una reacción a una enfermedad o infección.
Para reducir el nivel excesivo de linfocitos, se puede recetar diferentes fármacos que conseguirán remitir la infección y por lo tanto este problema, aunque otro de los remedios o tratamientos es una buena alimentación que consiga fortalecer el sistema inmunológico, haciendo que el organismo tenga más resistencia a estas enfermedades. A continuación vas a conocer algunos alimentos para bajar los linfocitos altos y tener una salud de hierro.
Dieta para bajar los linfocitos altos
Para tratar cualquier enfermedad, como para hacer que nuestro organismo tenga un funcionamiento óptimo, la buena alimentación va a ayudarnos a que nos sintamos con más energías, protegiendo nuestro interior, para que por fuera nos encontremos saludables. Esto ocurre también en el caso de la linfocitosis, puesto que tanto para bajar la cantidad de glóbulos blancos, como para prevenir cualquier infección, se precisa que se tenga en cuenta un tipo de alimento con muchos nutrientes que nos aporten desde vitaminas, como también sales minerales, que completarán ciertas funciones vitales dentro de nuestro cuerpo.
De la misma manera, seguir una dieta equilibrada consistirá por otro lado en no comer ciertos alimentos, los cuales son dañinos para nosotros como los que tienen un exceso de grasa, o de azucares, siendo muy aconsejable la supresión de productos de bollería, y todo aquello que ha sido muy procesado o ha pasado por fábricas y que rara vez son buenas para nosotros (fuente: ONsalus).
Para conseguir bajar los linfocitos altos, también se deberán de dejar de lado las harinas blancas, ya que contendrán más hidratos y por lo tanto más azucares. Tampoco conviene la ingesta de leche de vaca, prefiriendo leches vegetales como la de soja, arroz o cereales. Cabe destacar, que si evitamos la leche de vaca, también tendremos que eliminar sus derivados como yogures o quesos. En el caso de comer carnes, se previeren que sean blancas o que estén libres de grasas, como es el caso del conejo, el pollo, o el pavo, mientras que las carnes de ternera o cerdo deberían de evitarse.
Entre los alimentos estrella se encuentra el pescado, ya que aportará muchas vitaminas y minerales de una manera saludable, prefiriendo siempre el pescado azul. Otro consejo para llevar una dieta perfecta para este problema, es añadir a la alimentación frutas y verduras que tengan un gran poder antioxidante o diurético, ya que conseguirá limpiar el organismo, haciendo que funcione mucho mejor.
Por otro lado, el agua y la buena hidratación van a ayudar mucho para bajar los linfocitos altos, debiendo de beber la cantidad recomendada, es decir dos litros diarios, pero también es aceptable complementar estos dos litros con zumos multivitamínicos o infusiones. Lo importante es que estos zumos sean naturales o al menos que no tengan azúcares añadidos, puesto que estarán dañando a tu cuerpo.
En el caso de que el médico te haya encontrado una falta de hierro y otras sales minerales, las verduras de hoja verde serán las más indicadas para este problema, como las espinacas, las acelgas, o el brócoli. Además, alimentos como las pechugas de pollo o pavo, pescado, mariscos, queso cottage, claras de huevo y habas también te ayudarán a regularlos.