Recopilación de los mejores consejos y recomendaciones para hacer una cata de sakes paso a paso. Nuestros expertos te cuentan los mejores consejos y recomendaciones para hacer una cata de sakes de forma organizada como los profesionales.
¿Qué encontrarás aquí?
Escoger el lugar para la cata
En primer lugar resulta fundamental escoger con cuidado el lugar para la cata. La temperatura del lugar escogido debe ser agradable para que todas las personas que asistan a la cata puedan concentrarse, y se recomienda elegir también entornos con poco ruido. La luz también es fundamental para poder distinguir el tipo de sake, con lo que los expertos recomiendan aprovechar la luz del día. Si no tenemos más remedio que utilizar luces artificiales, lo mejor será escoger opciones blancas y homogéneas.
Del mismo modo, para ubicar el sake los expertos recomiendan elegir mesas sencillas de limpiar y que cuenten con un fondo claro, como por ejemplo manteles blancos o con hojas de papel, para poder revisar bien el color del sake.
Además, el olfato es también un sentido muy importante en una cata de sake, con lo que es fundamental escoger estancias bien ventiladas y limpias, para que los olores no deseados no puedan influir en la cata. También será importante evitar el uso de perfumes en estos casos.
Valorar la temperatura del sake
Del mismo modo, es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de sake. Algunos de ellos se toman en frío, como los vinos blancos, y otros en caliente. El sake que se suele calentar es de calidad más baja, mientras que los que se suelen probar en las catas organizadas son sakes de mayor calidad o sakes premium. Si quieres conocer diferentes tipos de sake te recomendamos revisar los sakes disponibles en Salvioni-Alomar que puedes encontrar en https://www.salvioni-alomar.com/sake/ para poder organizar tu propia cata con amigos y familiares y disfrutar degustando estas bebidas únicas en el mundo.
Escoger recipientes adecuados
Para hacer una cata de sakes con éxito también es recomendable elegir los recipientes adecuados. Según la tradición, el sake japonés se consume en cuencos de cerámica o en vasitos pequeños. Los sakes fríos se toman normalmente en vasos pequeños, aunque si puedes encontrar los recipientes tradicionales japoneses, seguro que la cata será mucho más auténtica. En caso contrario, los vasitos pequeños en los que se sirven los chatos de vino serán una buena alternativa, ya que permitirán ver bien el aroma y el color, lo cual es fundamental a la hora de probar y catar el sake, y parte indispensable para poder realizar una cata correctamente y disfrutar de todos los beneficios que oferta este tipo de bebida.
El orden de la cata
Resulta fundamental también terne en cuenta el orden de la cata. Según la tradición japonesa, nunca se debe servir sake uno mismo, sino que se lo debe servir una persona cercana. El recipiente tradicional que se utiliza para servir sake es una especie de jarrón denominado tokkuri. El servicio del sake se realiza con las dos manos, siempre con las palmas en dirección al vaso. Lo mejor es empezar catando sakes y ligeros, y después pasar a sakes más ácidos o ricos en umami para conseguir un buen equilibrio en la cata.
La primera fase: la visual
La primera fase de la cata es la fase visual. En ella se debe observar la apariencia del sake, y también todas las conclusiones que podemos obtener de ella. Muchos sakes son transparentes y algunos son algo turbios, pero sin duda es fundamental tener en cuenta el tipo de sake que estamos catando. Los sakes embotellados no deberían estar turbios, ya que esto normalmente signifique una mala filtración, e incluso la sedimentación del sake.
Otro aspecto a analizar es el color. El sake suele ser incoloro, porque en el proceso de elaboración después de los filtrados se eliminan las impurezas y los tonos de color con carbón activo. Si se trata de sake añejo éste habrá reaccionado con los aminoácidos y los azúcares, y el color del sake cambiará entre el ámbar oscuro y el dorado.
La segunda fase: la olfativa
La siguiente fase de la cata es la fase olfativa. En este caso se deben valorar los aromas del sake. Por contra a lo que sucede en las catas de vino, en este caso no se debe remover la bebida para activar los aromas. En este punto es bastante complicado que el público no especializado comprenda bien todos los perfiles que usan los profesionales, con lo que lo mejor es realizar símiles parecidos a los de las catas de vino para poder identificar los aromas del sake de forma más sencilla.
Ahora bien, los aromas siempre cambian dependiendo del sake de que se trate. Es posible encontrar sakes añejos, otros con aroma a clavo y a canela, otros a nueces o frutos secos, etc. Del mismo modo, con su aroma también es posible detectar si el sake se ha almacenado en barriles de cedro japonés, porque olerá a pasto o a madera. Los sakes más jóvenes tendrán aroma a cereal o a los hongos utilizados en su elaboración, así como también olores similares a la salsa de soja o el yogur.
Última fase: El gusto y el tacto
La última fase de la cata de sakes será la fase gustativa. Para evaluar el sabor del sake es importante utilizar toda la lengua porque en la punta se encuentra la sensibilidad a todo tipo de gustos, mientras en la parte de atrás se encuentra la sensibilidad al amargor y a la acidez.
Al catar un sake el primer sabor siempre será ácido y dulce, y después aparecerá el amargo, conocido popularmente como umami. Además, el equilibrio entre el ácido del sake y el azúcar es lo que evidenciará si se trata de una bebida dulce o seca.
Además, el esta fase también se podrá valorar si el sake tiene cuerpo y densidad, lo cual también tiene mucho que ver con la cantidad de azúcar y de aminoácidos presentes en su composición. El sabor amargo no suele parecer en el sake joven, pero sí en los sakes más añejos.
A nivel de tacto, los sakes añejos siempre son más maduros, suaves y presentan menos asperezas. En cuanto al retrogusto o persistencia, en un sake de buena calidad no debe ser largo, sino que siempre será positivo si el sabor desaparece bastante rápido. El sake perfecto, según los profesionales, es armonioso, ni muy denso ni aguado, fino, con un buen equilibro entre aroma y sabor y con aromas frutales. Por contra, los sakes que menos suelen gustar son los que son muy simples o demasiado complejos.