¿Perder peso sin seguir una dieta? Es posible. La clave está en establecer unos hábitos de alimentación adecuados. De este modo, no nos exponemos al efecto rebote ni al sacrificio extremo que pueden suponer algunas dietas. Igualmente, los cambios en los hábitos de alimentación se mantienen a largo plazo y permiten perder peso y encontrarnos mejor.
Para adelgazar sin necesidad de seguir una dieta vamos a necesitar que nuestro estilo de vida respete una adecuada alimentación. También necesitaremos que la ingesta de alimentos sea acorde con el gasto de energía que lleva a cabo nuestro cuerpo.
Si queremos lograr ese equilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías, será necesario que practiquemos ejercicio de forma regular. De este modo, nuestro organismo estará más sano, el cuerpo en forma y nos sentiremos mejor.
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Ventajas de perder peso sin dietas
Una ventaja fundamental de no realizar una dieta es que vamos a seguir disfrutando del hecho de comer y de los alimentos. No vamos a pasar hambre y, por tanto, no sentiremos ansiedad ni agobio cada vez que tenemos que restringir el consumo de un alimento. Igualmente, al no realizar dietas restrictivas, no tendremos sensación de cansancio ni de fatiga.
También es de vital importancia el hecho de que los kilos que vayamos perdiendo no los vamos a recuperar. De este modo, la motivación para seguir cuidando nuestro cuerpo va a verse reforzada.
Finalmente, si practicamos alguna actividad física de forma regular, conseguiremos que los kilos perdidos no nos dejen el cuerpo flácido. Esto es una gran ventaja respecto a muchas dietas con las que se pierde peso rápidamente. Si perdemos peso sin dietas y lo combinamos con ejercicio, perderemos peso, volumen y tendremos un adecuado tono muscular.
¿Hay algún inconveniente?
Sí, aunque no demasiados. En primer lugar, es necesario tener en cuenta que los kilos no los vamos a perder en poco tiempo. Los resultados irán produciéndose poco a poco. Hay muchas personas que necesitan un refuerzo rápido constante para sentir que están consiguiendo algo. En este tipo de adelgazamiento el progreso va a ser lento.
Por otra parte, puede haber personas que no consigan adaptarse a estos cambios o cuyo organismo no responda de forma eficaz. Habrá que distinguir entre el progreso lento y la falta de resultados. Cada persona tendrá que valorar si quiere continuar con este tipo de alimentación.
Por último, para lograr perder peso es necesario practicar deporte. Si no combinamos el cambio de alimentación con el ejercicio, los resultados no llegarán. Para motivarnos en este sentido podemos mentalizarnos de la recompensa que supone seguir comiendo determinados alimentos que otras dietas no permiten.
Alimentos que nos ayudan a perder peso sin pasar hambre
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Productos de origen vegetal:
En primer lugar, las frutas. Es fundamental tomar al menos 3 piezas al día. Tienen muchas propiedades que ayudan a nuestro organismo. Al tener fructosa, nos aportan la cantidad de azúcar necesaria sin necesidad de acudir a otro tipo de azúcares cuya asimilación es más lenta. Únicamente hay que tener en cuenta que algunas frutas tienen más calorías. Podremos tomarlas igualmente pero habrá que limitar su consumo. Es el caso de los plátanos, las uvas, los caquis y los aguacates.
Las verduras también son muy útiles, ya que podemos hartarnos de comerlas y así no pasar hambre. Lo mejor es consumir las que se pueden tomar crudas y el resto al vapor. Las verduras tienen un importante contenido de fibra, por lo que favorecen el trabajo digestivo al tiempo que producen sensación de saciedad. Además, proporcionan energía, retrasan el envejecimiento y ayudan a prevenir enfermedades.
Las legumbres son fundamentales en nuestro menú semanal. Tienen proteínas vegetales, vitaminas, fibra e hidratos de carbono. Lo ideal es tomar legumbres al menos 3 veces a la semana. Son muy útiles por su efecto saciante y evitan que sintamos hambre entre horas. Un apunte importante: debemos cocinarlas con hortalizas y verduras. También podemos tomarlas en purés o en ensaladas.
Tampoco podemos olvidarnos de las hortalizas. Son algo más calóricas que otros vegetales, pero no demasiado. Proporcionan hidratos de carbono complejos que, entre otros beneficios, elevan los niveles de serotonina. De este modo, nos encontraremos relajados y con mejor ánimo, al tiempo que comemos un alimento saludable.
Por último, los cereales, mejor tomarlos en su versión integral y enteros. Tienen proteínas y grasas vegetales, así como carbohidratos. Con los cereales completamos la alimentación y evitamos picar entre horas, gracias a su efecto saciante. Son fundamentales para regular el apetito a largo plazo.
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Productos de origen animal:
Es importante consumir carne para cuidar nuestra salud. Lo que haremos será elegir carnes magras. Hay partes de los animales cuyo contenido de grasa es mucho menor. También podemos elegir carne de pollo o de pavo. La carne es fundamental para aportarnos vitaminas, minerales y proteínas.
Con los pescados ocurre lo mismo que con la carne, debemos elegir los menos grasos. Hay una amplia oferta de pescados en el mercado. Tienen ácidos omega 3, muy positivos para el corazón y las arterias. Podemos escoger comer atún, merluza, sardinas, trucha, caballa,… Elige tus favoritos y varía de vez en cuando.
Finalmente, los lácteos. Tendremos que decantarnos por los semidesnatados. De este modo, aprovecharemos su valor nutritivo sin consumir excesiva cantidad de grasas no saludables. En el caso de los quesos los más eficaces para nuestros objetivos son los bajos en grasas, por lo que evitaremos los quesos muy curados. También debemos procurar no tomar mantequilla, nata y leche entera. Por último, los yogures son muy saludables para el sistema inmunológico y para equilibrar la flora intestinal.
Un truco importante: la forma de cocinar
Por otra parte, aunque con este tipo de alimentación podemos comer fuera de casa sn problema, la comida casera es mucho más beneficiosa. Podremos controlar lo que comemos y la forma de cocinar los alimentos.
En ese sentido, hay que procurar beneficiarse de las múltiples formas que hay de preparar los alimentos. Podemos preparar muchos platos al horno, tango carnes y pescados, como verduras y hortalizas. Las verduras podemos tomarlas frescas y también al vapor, para conservar sus propiedades y no añadir grasas innecesarias. También hay que acordarse de cocinar a la plancha o en wok.
Por último, hay alternativas clásicas que hemos dejado de utilizar, como la cocina en cazuelas de barro. Es muy útil ya que podemos cocinar lentamente los alimentos y con su propia grasa y jugos, sin necesidad de añadir más grasas. Hay muchas opciones que merecen la pena y con las que podemos aprender mucho.
Trucos finales
Para ayudar a conseguir nuestro objetivo de perder peso comiendo sano y equilibrado, veamos algunos trucos sencillos.
Para empezar, es importante cambiar de mentalidad. Para ello, tenemos que pensar que la alimentación adecuada es algo básico de nuestro día a día y que merece toda nuestra atención. Hay que cuidarse sin obsesionarse.
Por otra parte, hay que procurar comer con moderación. Parece obvio pero muchas veces nos olvidamos. Para ayudarnos en este objetivo es importante comer alimentos variados. Además de ser una inversión para nuestra salud también nos motivará.
Una opción muy poco extendida pero muy eficaz, es la práctica de meditación. Se puede realizar en casa o asistir a clases de yoga o de otras disciplinas. Si el cuerpo y la mente están relajados, tendremos menos ansiedad y no la volcaremos sobre la comida. Además, las hormonas se ven alteradas con el estrés y esto suele provocar que las grasas se acumulen. No es necesario practicar relajación toda la vida, pero puede ayudarnos mucho. Igualmente, para quienes es más complicado practicar deporte, es una buena alternativa en combinación con algo de ejercicio regular.
Finalmente, debemos olvidarnos de las salsas. Aportan una cantidad elevada de calorías y pueden ser sustituidas por hierbas y especias. Échale imaginación y dale un toque personal a tus platos.