¿De dónde sale?
La conocía como dieta disociada, que se encuentra de moda, es muy diferente de otras dietas “milagro” que permiten adelgazar en unos pocos días una barbaridad o de los regímenes que se basan en comer solo un mismo alimento hasta el aburrimiento. No se pasa hambre, ni hay demasiadas prohibiciones. El principio de este método inventado por el doctor William Howard Hay en 1911 es que hay que separar (disociar) las distintas clases de alimentos para una mejor asimilación.
Hay teorizó que, si se acumulan distintos productos del metabolismo y la digestión de forma incontrolado en el cuerpo, pueden desarrollarse problemas de salud. Ello es así debido a cuatro causas principales: la ignorancia sobre cómo actúan los agentes químicos del aparato digestivo y la ingesta desaforada de carbohidratos refinados (almidón), carne y la sobrealimentación en general.
¿En qué se basa?
La dieta disociada se fundamenta en cinco principios: no mezclar en la misma comida frutas ácidas con carbohidratos con proteína; basar nuestra alimentación en ensaladas y frutas; moderar el consumo de almidón, grasas y proteína; comer en lo posible integral y no refinado ni procesado (azúcar, harina corriente o margarina) y descansar cuatro horas entre cada comida.
En la dieta disociada se deben hacer siempre las tres comidas básicas (desayuno, comida y cena). No debe saltarse ninguna, a fin de que mantengamos la energía adecuada a lo largo de todo el día. Si estamos acostumbrados a ello o si vemos que lo necesitamos, también se puede merendar o tomar un tentempié de media mañana, procurando siempre dejar un espacio amplio entre todas las comidas, además de cenar temprano para realizar correctamente la digestión antes de dormir.
Existen tablas de compatibilidad de alimentos que debemos consultar antes de empezar la dieta, para planificarla. Se puede comer tanto como se quiera, sin necesidad de andar pasando hambre para adelgazar. Eso sí, en las versiones más estrictas de este régimen, no debe haber ninguna mezcla; para un mejor aprovechamiento y corregir posibles desequilibrios, lo mejor es consultar con un profesional de la Medicina.
Las Doce Reglas de la Dieta Disociada
Aparte de los principios antes establecidos, hay una serie de máximas dietéticas que debemos seguir.
- A partir de las siete de la tarde, evitar las proteínas de carne y los hidratos de carbono.
- No interrumpir las digestiones. Como mínimo, dejarles 3 horas.
- Después de comer, no tomar ningún lácteo, excepto los yogures bio, que son comodín en cualquier momento. Solo el café o una infusión.
- Durante las comidas, y después mientras se está digiriendo, abstenerse tanto de las bebidas con gas como de los zumos; en su lugar, beber agua (siempre lo mejor) o vino, que no se de aguja.
- Utilizar siempre con aceite muy caliente si vamos a comer frituras. Al acabar, escurrir a conciencia y eliminar el sobrante con papel de cocina.
- Los heleados, sin gallete y de un solo sabor.
- Se pueden mezclar caldos no compatibles, pero no las comidas incompatibles que hayan sido preparadas con ellas. De este modo, en un arroz con verduras y carne, puede consumirse las dos primeras cosas, pero no la segunda.
- Sin pasarnos, podemos echar especias a todos los alimentos cuando nos apetezca.
- Es aconsejable beber un poco de zumo de limón cada mañana. Si lo queremos endulzar, que sea con miel, no con azúcar.
- Para cenar, lo mejor para adelgazar es el pescado o el marisco solos.
- En la medida de lo posible, evitar el alcohol.