Reglas de la dieta de puntos

Ejemplo de la reglas de la dieta de puntos

La dieta de los puntos se erige hoy como una opción muy viable para aquellos que quieren perder unas cuantas libras de más o mantenerse en su peso, sin que ello indique pasar hambre o privarse de los alimentos que le gustan.

Ello es posible porque este curioso método de alimentación se basa en un sistema donde cada alimento tiene una puntuación, y en base a esto lo importante es que no se supere la cantidad de puntos que corresponde a cada persona, determinada a partir de una serie de parámetros como el sexo, edad, actividad física, peso y estatura.

Así, el que sigue la dieta puede tener su fabada o cualquier otro plato que le guste, no importa si es abundante en calorías, solo que cuando lo haga debe saber que dispondrá de menos puntos para consumir ese día.

Además de esta particularidad, esta dieta tiene seis reglas esenciales, que si bien pueden ser más flexibles que en otras dietas, como explicamos anteriormente, debemos calificar de inviolables en aras de obtener los mejores resultados posibles, entiéndase una pérdida o mantención del peso sana y prolongada en el tiempo.

En este artículo, las explicaremos en detalle.

Primera regla: Mucha agua

Ya debes haber escuchado de lo importante que es beber bastante agua para nuestros planes de controlar el peso y mantener una adecuada nutrición e hidratación en el organismo.

La cantidad aconsejada a beber por jornada es de litro y medio a dos litros, la cual puede obtenerse bebiendo agua directamente o consumiendo infusiones, zumos de frutas, agua con limón, bebidas ligeras libres de cafeína, y más.

Consumir agua en los volúmenes requeridos por el organismo nos permitirá estar en mejor forma y debemos saber que cuando tenemos sensación de sed es porque ya este echa en falta el preciado líquido. Por tanto, debemos beberlo a menudo aunque no sintamos que lo necesitamos.

En esta regla debemos hacer una aclaración: beber mucha agua no adelgaza. Este no es el propósito del consejo.

No obstante, se ha comprobado que tomarla en abundancia da sensación de saciedad, por lo que inevitablemente la persona come menos y, en consecuencia, puede que adelgace.

Cuidado con las grasas en la dieta de puntos

Dos: Cuidado con las grasas

Como habrás de saber, las grasas son el principal nutriente culpable de que engordemos y no tengamos muchas veces el cuerpo que deseamos.

Sin embargo, el ser humano no puede prescindir por completo de ellas, ya que reportan ciertos beneficios como la protección de los órganos ante eventuales lesiones y desgarramientos internos, la acumulación de energía en el organismo y la posibilidad de absorción de otros nutrientes esenciales como las vitaminas A, D, E y K. Por lo tanto, la clave es consumirlas sin exceso.

La regla para la dieta de los puntos específicamente establece consumir solo tres porciones durante las comidas principales del día.

Como ejemplo ilustrativo dichas porciones podrían ser una cucharada de margarina de maíz o de girasol; otra de mayonesa y una de aceite vegetal, empleado como aderezo o pasta de untar.

Decimos estas y no otras porque son clasificables como grasas buenas, monoinsaturadas y poliinsaturadas, y no malas o saturadas.

Estas últimas, disponibles en alimentos como carne, queso, charcutería, manteca de cerdo y grasas vegetales muy específicas como el aceite de palma y el de coco, son las que provocan aumentos en el nivel de colesterol en sangre y las que se acumulan en determinadas partes del cuerpo, dando lugar así a los famosos michelines, salvavidas y otras formaciones adiposas que atentan contra la estética del cuerpo.

Por su parte, los ácidos grasos monoinsaturados disminuyen el colesterol y favorecen al organismo, protegiéndolo contra la arteriosclerosis que es un factor detonante común de enfermedades y padecimientos cardiovasculares. Estas grasas podemos obtenerlas del aceite de oliva y el de colza, así como del aguacate y de los frutos secos.

Los poliinsaturados por su lado son aquellos que nuestro organismo no puede sintetizar por sí mismo, pero que tienen un rol esencial en la nutrición. Por ello debemos cerciorarnos que los consumimos y algunos alimentos de los que los podemos obtener son los pescados grasos (salmón, sardinas, arenque y caballa), la margarina y el grueso de los aceites vegetales (de girasol, cardo, soja y semillas.

Fruta en la dieta de puntos

Tres: Mucha fruta

Esta tercera regla de los puntos nos obliga a incluir en el consumo diario tres porciones de frutas. Una de ellas la tomaremos en las mañanas y las otras dos, que podemos alternar entre fruta y verduras, cuando queramos.

La importancia de ambos grupos de alimentos viene dada por el hecho de que la casi totalidad de ellas contienen poca grasa y calorías, al tiempo de que proveen de variados nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibras.

Por esto, muchas frutas y verduras no dan puntos, dando la posibilidad de consumirlas libremente como parte de la dieta.

Cuatro: evita todo lo que puedas el alcohol

Personaje frecuente en muchos eventos sociales, el alcohol no aporta prácticamente ningún nutriente positivo especial al organismo, y menos en cantidades a considerar. Si a esto sumamos que tiene tantas calorías como la grasa, la decisión de no consumirlo durante la dieta e incluso después de esta resulta bastante inteligente.

No obstante, si aun así piensas consumirlo y darle los puntos que le corresponden en tu cuota diaria, hazlo moderadamente y reserva para alimentos importantes que realmente te aporten.

Leche en la dieta de puntos

Cinco: mucho calcio pero de fuentes correctas

El calcio es un mineral indispensable para el fortalecimiento de huesos y dientes, con un rol importante también en el metabolismo.

En aras de obtenerlo en las cantidades que el organismo requiere a diario, sin que esto signifique un exceso de puntos, podemos apelar a leche y lácteos desnatados, así como a otros alimentos ricos en el mineral y que no suponen puntos como el brócoli, hinojo, albahaca, agua mineral, y otros.

Seis: fomentar la variedad

En la dieta de puntos se debe fomentar la variedad nutritiva. Esto supone no marginar ningún grupo de nutrientes per se, sino ingerirlo en la cantidad adecuada y en combinación con los otros.

Para una alimentación integral debemos comer grasas, carbohidratos, proteínas y fibra, e incorporar vitaminas y minerales al organismo; todo en las proporciones recomendadas para alcanzar la meta de un peso ideal y una buena salud.

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