Dieta para la gota

Dieta para la gota portada

La gota es una enfermedad relativamente común, aunque lo era más en épocas pasadas, cuando la dieta no era tan variada (típico de los señores feudales, que comían sobre todo carne de caza y dejaban los vegetales para los campesinos) y el pescado no era tan común, incluso en el interior, como ahora. Es famosa por ser la dolencia que padecía Felipe II, el rey español del Imperio donde nunca se ponía el sol, que apenas comía otra cosa que no fuera carne. Es muy molesta por la hinchazón y los dolores que produce, sobre todo en los pies, cuando se produce un ataque agudo. Su origen está en el exceso de ácido úrico, por lo que muchas dietas para combatirla se llaman también dietas del ácido úrico, elemento de cuyo exceso hay que huir.

Antes de hacer la dieta hay que tener en cuenta que hay algunos factores que pueden hacer que el ácido úrico suba de manera incontrolada, sin que haya dificultades en el metabolismo de la purina (su desorden es lo que provoca la enfermedad), por lo que hay que tenerlos presentes antes de iniciar una dieta antigota o tomar medicamentos al respecto. Por ejemplo, la cafeína y el alcohol, los contrastes radiológicos iodados, el estrés en general y los medicamentos diuréticos tiazídicos, las teofilinas y las aspirinas en poca cantidad, así como las enfermedades que atacan y eliminan tejidos (cáncer). Si evitamos todo esto puede que el nivel de ácido úrico en sangre baje lo bastante como para no necesitar ulteriores tratamientos. Si la hiperuricemia se debe a efectos secundarios de otras dolencias, habrá por supuesto que tratarlas y, en caso de necesitar medicamentos, intentar que no sean diuréticos y en ese caso tratar de sustituirlos por otros similares.

Para no desanimarse, hay que tener en cuenta que los picos de ácido úrico se deben a un mal metabolismo de las purinas por parte de nuestro cuerpo más que por comer de manera indebida. Por ello, aunque seamos extremadamente rigurosos en nuestra dieta, apenas veremos bajar un poco los niveles de este componente dañino, así que no hay que exagerar el celo sobre la mesa en las personas que ya están recibiendo tratamiento médico para la gota.

Dieta para la gota interior 1

Lo que se debe y no se debe comer en la dieta para la gota

Como recomendaciones básicas para combatir la gota, tenemos las siguientes. Lo primero, huir del sobrepeso, que la agrava al exigir un sobreesfuerzo al cuerpo. Segundo, no ayunar ni llevar a cabo dietas excesivamente pobres en calorías, que son un falso amigo. Es preciso ingerir mucho líquido para purificar el cuerpo, pero nada de bebidas que contengan alcohol. La grasa en demasía debe ser evitada, sobre todo si padecemos obesidad, así como los alimentos de alto contenido proteico, con los que no hay que pasarse (carne, huecos o pescado, por ejemplo).

Hay una serie de alimentos que podemos considerar prohibidos por sus altas concentraciones de purinas: las anchoas, el atún (junto con todo el pescado azul en general), los consomés, los mariscos, el pavo, las sardinas y algunas vísceras (hígado y riñones). Se pueden consumir de forma limitada las carnes blancas y rojas, los champiñones, la coliflor, los espárragos, las espinacas, los guisantes, las habas y judías blancas, las lentejas, los moluscos, el pescado blanco, las setas y el tomate.

Pero no todo son limitaciones. Hay una serie de alimentos de los que no hace falta privarnos porque están libres de purinas: agua, arroz, azúcar, condimentos y especias en general, dulces, frutas, huevos, infusiones de hierbas, leche, pasta, patatas, queso, verduras y zumos naturales.

Dieta para la gota interior 2

Ejemplo de menú para dieta contra la gota

Lunes: para desayunar cuarenta gramos de cereales con leche semidesnatada y una naranja o 50 gramos de pan. Para la media mañana, una manzana o un zumo de piña. De comer, 90 gramos de arroz salteado con un poquito de aceite y cebolla, guisantes y zanahorias más 90 gramos de pan, ensalada (150 gramos de lechuga, 100 de tomate y pepino y zanahoria). La merienda serán 30 gramos de queso semicurado con 60 de pan integral. Y de cena, tortilla (120 gramos de patata, la mitad de huevo, 15 de cebolla y 10 de aceite), 200 gramos de judías verdes, 60 de pan y un plátano.

Martes: 60 gramos de pan con 15 de mantequilla y 15 de mermelada, una nectarina y leche semidesnatada para empezar el día. Más tarde, 30 gramos de jamón york con 60 de pan. Para comer nos zamparemos un buen gazpacho -100 gramos de tomate, 8 de aceite, vinagre, 35 gramos de pimiento y 50 de pan y de pepino- y una tortilla de espárragos (120 gramos de espárragos, la mitad de huevo) con el acompañamiento de pan habitual y 200 gramos de meón. Por la tarde, solamente una manzana. Como cena, un panaché de verduras (con aceite, alcachofas, coliflor, judías verdes y zanahorias), croquetas de pollo (30 gramos de pollo, de harina y de leche y 15 de aceite), pan y un yogur desnatado.

Miércoles: se repite la dieta del martes.

El jueves el desayuno es el mismo que el del lunes y además añadimos 40 gramos de queso fresco. A media mañana, una manzana y un zumo de piña. Para comer, una ensalada como la del lunes, 100 gramos de jamón con guisantes, pan y melocotón o piña de postre. Merendaremos arroz con leche y cenaremos ensaladilla rusa, otra vez croquetas de pollo, pan y un yogur desnatado.

El sábado y el domingo ya nos podemos desmelenar un poco, pero el viernes todavía es necesario guardar dieta. El desayuno serán 40 gramos de galletas integrales con leche semidesnatada y zumo de uva y piña. La media mañana, 40 gramos de queso fresco con otros tantos de pan integral. Para comer, ensalada de le huerta (lechuga, cebolla, tomate y zanahoria) y cordero (100 gramos) con guarnición de patatas, cebolla y pimiento más pan y ciruelas de postre. Una manzana de merienda y de cena otra ensalada (lechuga, cebolla, patatas, pimiento, lombarda y rábanos) con pan y fresas.

¿Te ha sido útil esta información?
(Valorado con +2 por 1 usuarios)
¡Déjanos tu comentario!