La dieta cetogénica es uno de los tratamientos más antiguos para la epilepsia y está concebida para mantener la inanición y poner en ayuno el metabolismo durante un largo período de tiempo.
Cuando el cuerpo está en un estado de ayuno crea cetonas, un subproducto del metabolismo de la quema de grasas. Desde hace tiempo se ha reconocido que los ataques de epilepsia pueden disminuir o desaparecer en personas portadoras de esta enfermedad y que siguen períodos de ayuno.
Dieta muy alta en grasas y baja en carbohidratos
Esta dieta es muy alta en grasas y baja en carbohidratos. Cuando la grasa es la principal fuente de calorías, se forman cetonas. La dieta debe ser seguida de forma muy estricta y requiere un compromiso importante para trabajar con eficacia. Al aplicar esa dieta en niños a menudo no aumentan de peso ni crecen mucho durante el tiempo de la misma. Sin embargo, posteriormente se reanuda el crecimiento, que debe ser monitoreado cuidadosamente.
La dieta cetogénica se ha aplicado sobre todo en niños que presentan dificultad para controlar las epilepsias generalizadas, tales como los que padecen el síndrome de Lennox-Gastaut. Este es un tipo de epilepsia generalizada que se caracteriza por ataques de gota o ataques tónico-clónicos (con violentas convulsiones rítmicas) y a menudo se produce en los niños con otras enfermedades neurológicas, como la parálisis y retraso mental. Con frecuencia es muy resistente al tratamiento.
Recomendada para niños de entre 2 y hasta 12 años
En este grupo de individuos, la dieta puede ser tan exitosa como la aplicación de medicamentos. Por lo tanto, lo más común es recomendarla para niños de entre dos y hasta 10-12 años de edad que han sido diagnosticados con un tipo de epilepsia generalizada y que han dejado de responder a una variedad de medicinas. Estudios recientes han demostrado que la dieta también puede ser eficaz en aquellos que sufren crisis parciales.
Por lo general esta dieta comienza con un período de ayuno que dura hasta que el cuerpo produce una cantidad de cetonas de moderada a grande. Este período de iniciación suele tener lugar en el hospital, para que el individuo pueda ser monitoreado debido a los posibles efectos secundarios como vómitos, caída del nivel de azúcar en sangre, deshidratación y convulsiones. Los medicamentos también pueden ajustarse durante este periodo para evitar la sedación (efecto tranquilizante), otro efecto secundario común.
Recomendable un período de prueba de 2 meses
Para decidir si esta dieta resulta eficaz, se sugiere un período de prueba de dos meses. Si resulta positiva, se continúa normalmente durante dos años. Durante este tiempo, las personas a menudo son capaces de disminuir la cantidad de medicamentos que ingieren para combatir las convulsiones. Muchos niños parecen más felices y alertas, incluso antes de que la medicación se reduzca significativamente.
Las personas que siguen una dieta cetogénica deben ser controladas por un nutricionista, enfermera y médico, especialmente un neurólogo, familiarizados con su aplicación. Las clínicas especializadas en epilepsia pueden dar seguimiento a las personas que sigan esta dieta.
